Uno de los principales ejes sociales de la transformación del sistema de Procuración e Impartición de Justicia en la entidad lo fue la creación de la Unidad de Mediación que desde 2010 sentó las bases para que los conflictos de convivencia generados incumplimientos en las obligaciones de asistencia familiar, amenazas e injurias, abuso de confianza, reparaciones de daños y otros delitos no graves se solucionen de manera más sencilla a través de la mediación y no ante un juez.
Todos conocemos historias de trabajadores que no disponen de recursos para enfrentar un proceso penal y que pasan largos años en la cárcel por no disponer de capacidad financiera o de la oportunidad de trabajar para reparar daños relativamente menores.
Quien no puede pagar multas, pagar fianzas, quien no puede pagar un equipo de abogados, generalmente es el más necesitado, el trabajador más marginal y las familias en situación económica más crítica.
Sin menoscabo de la cultura de la denuncia ciudadana en Yucatán el resultado de ese sistema de conciliación es positivo pues ha producido cambios significativos en la percepción que los yucatecos tienen acerca de los conflictos, lo que les permite tomar conciencia de su conducta en querellas que en la mayoría de las ocasiones ocasionan grandes desgastes económicos, sociales e incluso emocionales para las partes en pugna, además de procesos legales que, dependiendo del caso, pudieran extenderse más allá de lo previsto.
Desde el 20 de Septiembre de 2010 en la que la Unidad de Solución de Controversias de la Fiscalía General del Estado inició sus labores, a septiembre de 2012, se realizaron 4,867 entrevistas iniciales y 2,357 complementarias y se generaron 1,067 expedientes. Se suspendieron 236 averiguaciones previas y en 230 se otorgaron perdón.
Existen diversas técnicas de mediación que facilitan la conversación entre los involucrados con la ayuda de especialistas. Detrás de esta labor se encuentran todo un soporte legal como lo es la publicación de la Ley Estatal de Mecanismos Alternativos de Solución de Controversias.
Destaca la participación de la Universidad Autónoma de Yucatán al crear el Diplomado de Formación de Mediadores y el Diplomado de Formador de Formadores en sus unidades de posgrado.
Por otro lado los titulares de las Agencias del Ministerio Público han estado pendientes de los casos en que se detecte que las partes involucradas en una denuncia puedan calificar para este proceso y que a su vez se les proponga esta vía para la solución de su querella, siempre con el fin de solucionar los problemas de una forma más ágil y con menos desgaste emocional.
Si bien muchos de los actuales esquemas de justicia alternativa fueron desarrollados en el primer mundo, lo cierto es que donde pueden generar los frutos más importantes y de impacto inmediato, es en países donde se requiere con urgencia la justicia penal alternativa, leyes que permitan el diálogo y eviten las confrontaciones costosas.
En este sentido Yucatán transita en sintonía con países donde la Ley también es una ventana para solucionar conflictos, antes que exacerbarlos y las instituciones públicas pueden percibirse como garante de derechos y no un espacio de riesgos, atropellos y autoritarismo.
Lo anterior se revela al descubrir que a partir de la puesta en marcha de la Unidad de Mediación se tiene una disminución de Averiguaciones Previas como resultado de la resolución de conflictos bajo este sistema.
Si bien el aumento en el número de denuncias puede ser tomado como un indicador de la confianza ciudadana en las autoridades, la disminución de Averiguaciones Previas es un fuerte indicador que nos permite inferir que la mediación es un modelo de justicia restaurativa que hacía falta en Yucatán. Incluso, las compañías de seguros que operan en la entidad ya se están acercando a la nueva mediación para resolver muchas de las diferencias que se ventilan en casos de accidentes de tránsito y otros siniestros.
Yucatán destaca como uno de los pocos estados de la República que cuenta con una Unidad de Mediación en Instituciones de Procuración de Justicia, que hoy por hoy está cambiando no solo la percepción que las personas tienen acerca de los conflictos en su entorno social sino que además le permite establecer compromisos para que las relaciones existentes con sus semejantes sean preservadas, fortaleciendo así el tejido social que nos caracteriza.
En el fondo, esta es una de las expresiones más democráticas de la justicia de la cual los yucatecos volvemos a ser referente a nivel nacional pues ya contamos con un método sistemático y funcional para la resolución no jurisdiccional de controversias en un ámbito alterno a la confrontación, donde a diferencia del arbitraje, todos salen ganando.
Héctor Cabrera 